jueves, septiembre 28, 2006

Semilla Negra




Si algo podía hacer Ángel con su lengua era matar a alguien a punta de gritos, palabras hirientes y carajazos. Era un ser sumamente violento. Hijo de un violento. De pequeño solía encerrarse en su cuarto para no escuchar los gritos de su padre y de su madre peleando. Subía el volumen de la radio para acallar las peleas que venían de su dormitorio. Se desconectaba y se miraba en silencio con sus hermanos. Ellos se llenaban de pánico y querían hacerse invisibles ante tanto grito destemplado y faltas de respeto.

Conoció el poder de las palabras destempladas. Su padre tenía tremenda voz y era fosforito y descontrolado. Su madre un genio de mierda. Terca como burra e impudente como ella sola. Por años sufrieron él y sus hermanos la desdicha de tener unos padres que no se amaban. Solo habían continuado por inercia. No habían querido armar un show ante la familia. Eran una fachada para cuidar a sus hijos.

A los dieciocho años fue a la cárcel por matar a su primera enamorada. La acuchilló a punta de insultos y la mató de una salvaje patada. La había encontrado con un "ex" en su casa, barriendo la sala para el quinceañero de su hermana que serìa aquella noche. Ella se excusó diciendo que el otro patita era amigo de la familia. "Sólo un amigo". Que no había nada de malo. Nada entre ellos. Fue demasiado para Angel y la mató lentamente. Primero la llamó perra, puta, fácil, ruca, cualquiera, conchatumare, hijeputa…No fue hasta cuando vio sus lágrimas que montó en cólera: Falsa, hipócrita, ramera, estafadora, maldita, zorra… No podía darse cuenta cuan hiriente era.

Mariana intentó botarlo de su casa, mientras el otro patita se escondía en la sala y de repente ocurrió que de un solo puntazo en el bajo vientre la mató. Corrió. Luego trató de matarse pero su padre le quitó su revólver a tiempo. Fue entonces que lloraron amargamente. El padre sólo pudo mascullar: perdóname hijo!