miércoles, mayo 24, 2006

Cultura Ambulante (Por madujoint)


Seres nómades de pies cansados y suelas gastadas, que, apenas encuentran una esquina muy concurrida, tienden sobre la gris acera su plástico azul desteñido, ofrecen sus productos, y se vuelven rápidamente en seres sedentarios con sus caras más tristes y alargadas. Otros, continúan nomás con su lata. Adoran al sol, como a todo un verdadero dios en antiguos días, y le sacan lustre para ver si es bueno o falsificado.

La base de su economía es el hambre y el floro al bobo su recurso más barato. Sus orígenes se remontan al antiguo píe plano recolector de Pacaicasa (antes de Xto.) y al parchero de los suyos, que ofrecía chakiras y hojas de coca al lado de los Caminos Inka. Su progresivo alzamiento poblacional se ve mermado desde Odría (años ’50) más o menos, pero con Alán (y las superinflaciones) y Fujimori (y los paquetazos) el estampido se vuelve más que intolerante, pero sí sospechado. Con Toledo más bien la gente prefiere fugarse del país. Y esto continúa y continuará…

Su religión es la ganancia y sus sombras la única esperanza. Se persignan a la primera venta y caserito, caserita, enamoran a todos sus clientes, linda, príncipe, campeón, así nos mienten. Se los halla por todos lados y todo tienen, todo venden, todo ofrecen. Son varios y hay montones, muchos, demasiados, andando o sentaditos, tristes, reservados, esperando nomás pasar sus tiempos, los tiempos…

(Madujoint. Lima, Perú)