Inexorablemente Muerto
Yo No Moriré Ni En Paris
Ni Con Aguacero
Moriré Una Mañana
Y No Llegaré Al Almuerzo
Moriré Violentamente
Sin Sufrir, Sin Confesarme
Nadie Me Llorará
Ni Me Tendrán Más En Mente
No Moriré De Viejo
Ni Tampoco Llegaré A Los Cuarenta
Nunca Me Daré Cuenta
De Como Me Desvanezco
Moriré En Un Accidente
Del Cual No Tengo El Recuerdo
Moriré Violentamente
Entre Los Retorcidos Fierros
No Dejaré Viuda
Ni Huérfanos Ni Deudos
No Dejaré Nada A Nadie
Porque El Plan Será Perfecto
Moriré Solo Y
No Habrá Testigos;
Tampoco Habrá Culpables
Solamente El Destino.
(1986, antitributo a Vallejo)
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