jueves, marzo 12, 2009

Con Maiden en Bogotá...y en Lima




Reposteo esta entrada para hacer un pedido e invocación a toda esa gentita que irá al Nacional a ver a Maiden y es que debemos demostrar los Metaleros Peruanos que no somos "una tribu lorcha ni criolla" en busca de escándalo, figuretismo y menos vandalismo.

Fundamentalmente somos gente frontal, quizá fronterizos (nos llega lo comercial y qué), pero no somos "barras bravas" (de los torcidos) ni "pirañas". Que no pasé lo que pasó en el concierto de RATT.

Iré al concierto a disfrutar, cantar, pogear pero sobre todo escuchar a la Mejor Banda del Mundo. Así que les pido a los Boucers, VIPS, FORZA, Gorillaz SA, etc. que a toda esa gente pasada, ebria y sobregirada de revoluciones que no los dejen entrar por el bien del espectáculo. Ya mucho floro...


28 de febrero de 2008

A una semana de ese inolvidable evento, en el Santuario del Simón Bolívar, aún he quedado acribillado de estampas de aquella noche de concierto de Maiden en Bogotá...

Esa marea de brazos con los “cuernos” en ristre siguiendo las guitarras de Murray y Smith. La gente bailando sola, cantando sola, sacudiendo las cabezas y melenas frenéticamente. El headbanging más soñado y esperado por la tribu metalera de sudamérica. Cada punteo y su lagrimón, a solas, dando gracias al Life Maker. Los puños en alto al ritmo de The Rime of the Ancient…




La gigantesca bandera tricolor colombiana que emocionó al mismo Bruce y le hizo prometer que regresarían en la próxima gira.

Todas aquellas guitarras imaginarias todas. La lluvia y el granizo fusilándonos al pie de cada metro cuadrado nuestro, pie de cañones, palcos personales para ver de mejor manera a la banda. El hambre arrinconada por la ansiedad de ver a los dioses del heavy. Las pequeñas siestas de a pie, en el grass y en las colas. La gente que desde el domingo, en carpas, guardaba su fila de manera estoica, devota, heroica. Con su botas puestas.





Nunca había hecho una cola con tanto gusto compartiendo este sueño con tantos hermanos enfundados religiosamente en negros polos metaleros y sendos Eddies arrancándose del estampado, tomando vida con cada carcajada, cada pucho. El cateo infame que me requisó mi cajetilla de cigarros.

La voz de Churchill y los gritos atronadores de despegue hacia la tarima. Los primeros punteos del Aces High: Here comes the siren that warns us from air raid…Debo confesar que mis sentidos estaban totalmente enfrascados en lucha fraticida para prevalecer sobre los otros. No podía asimilar ver, escuchar, saltar, empujar, gritar, cantar, desnucarme y tener frente mío a estos seis maestros.




Hemos navegado en el barco del anciano marinero y volado en los spitfires ingleses. Hemos profanado las tumbas de antiguos faraones y cabalgado con la tropa ligera de caballería. Corrimos a las colinas y leimos las Revelaciones. Finalmente tuvimos miedo en la oscuridad y nos encomendamos en nuestros minutos finales al Todopoderoso en nuestras celdas frías.

Ha terminado el concierto y se ha pasado tan rápido, tan sublimemente como quien se ha fumado un dulce cigarro. Cada canción un vuelo y un despliegue ensamblado de riffs y la voz aún vigente de Dickinson. Un portento de destreza: Run to the Hills, The Trooper, Powerslave, The Clairvoyant, Moonchild, Hallowed Be thy name…

Y la cereza de la torta: una postal clásica labrada en miles de videos ahora en vivo, in the flesh: Harris ametrallando con su bajo al respetable. Tacataca tatán, tacataca tatán, tacataca tatán, taca taca taca, tacataca tatán! a sólo cinco metros de la varanda! Realmente penetra en todo tu pecho y te retumba. Me tatuó de sonidos el esqueleto y ese Eddie faraón dominándolo todo como en los últimos 24 años.

Aquí presento al Eddie Chavín con su sanpedrito...listo para escuchar a La Doncella y sacarle la mela a los revoltosos que nos dejen mal representados...