martes, octubre 10, 2006

Una Mujer de Pura Fruta


Después del Diluvio, Noah y sus hijos recorrieron la Tierra y empezaron a poblarla. Los animales corrieron nuevamente por praderas y se multiplicaron entre arbustos matas y cuevas. Aura, una ángel de Dios, quedó atrapada en el tráfico infernal de nubes y tormentas, chubascos y relámpagos. Perdió su condición de ninfa alada y se vio arrojada a la condición de mortal en nuestro planeta.

Aura, era un mujer bella, apetitosa, curvilínea y alta como palmera. Los hijos de Noah, enamorados de ella, dejaron abandonadas a sus esposas encinta. Noah entretenido con la uva, no pudo hacer nada al respecto. Al saberse una manzana de la discordia, Aura, se prometió escoger sólo uno de los hijos del patriarca. Escogió a Nesta, del cual nacería la nación africana. El parecía ser el más noble y honrado.

Pero Aura no era sólo una mujer, era una mujer-fruta. Tenía las piernas de banana, la cola de durazno, pechos de piña y la entrepierna de melón. Además contaba con una hermosa cabellera rasta que desprendía un delicioso olor a canabis o hierba divina y su cuello y espalda eran perfumes de almizcle. En la primera noche que compartieron juntos, Nesta presa de la pasión y su belleza exultante, se la comió toditida literalmente y se fumó su cabellera de pura resina. Aura regresó a su condición de ángel mensajero y bendijo a los hijos de Nesta. Le dejó semillas de toda Ella para que pueda resembrar las zonas agrícolas devastadas por las lluvias.

Sus hermanos curiosos le preguntaron donde estaba Aura y su torneado cuerpo moreno. Nesta, asustado, dejó el campamento antes que le hagan más preguntas inquisidoras y se alejó con su mujer muy lejos. Ella era muy sumisa pero fiel e inocente. Le dio muchos hijos y éstos muchos nietos. Y el Espíritu de la Música los acompañó siempre. El descendiente más prominente de Nesta fue Nimrod, el fundador de Babel (Babilonia). Aprendió a sembrar la hierba para usos medicinales y curativos. También para poderosos viajes astrales.

Noah siempre ocultó quien era su hijo predilecto para no herir a los otros pero El Más Grande supo premiarlo a través de Aura.