martes, octubre 03, 2006

Con la Fe Perdida


Cuando Fernando sufrió el aneurisma cerebral, el golpe fue demasiado para todo el grupo. Magaly dejó de verlo a pesar que tenían planes para su boda. El había quedado paralizado de medio cuerpo y no hablaba. La amistad que había, desapareció. Muy pocos lo fueron a visitar a la clínica. Algunos decían que estaría vegetal para siempre. Se dejaron de frecuentar pues todo les recordaba al Chano y todos tenían vergüenza de decir que no podían verlo así. Yo no dejé de visitarlo y de hablarle aún en su estado de sueño eterno. Pensaba que podía escucharme a pesar de su coma.

Después de casi un año lo fui a visitar y ya podía hablar pero su cassete era de 3 minutos. Volvía a repetir lo mismo después de un rato. Era muy deprimente. Ya nadie del grupo lo visitaba. Ya no se juntaban como antes ni para juerguear. Todos odiaban a Magaly que se casó ahí nomás con un pata que era tombo. Los demás se sumergieron en sus cosas particulares y siempre que los encontraba parecían estar tristes y avergonzados. No sólo eso. Habían perdido la fe.

Lo ayudé a volver a caminar por mucho tiempo. Salíamos con sus muletas y él se esforzaba por regresar a ser el Chano: un hijeputa, jodido, juerguero, agudo, inteligente, franco, de buen corazón. Su vocabulario se amplió (sobre todo en lisuras), su disco duro mejoró. Pero todos sus amigos lo abandonaron. Culminaron sus estudios de Ingeniería. Sus planes. No bailó nunca en los 90´s. Magaly se divorció y vive con su hijo de 10 años en Florida. Sufre más ahora.

(tuve que cambiarle el título, el otro era inapropiado)