Wishing Hell (1984)
(Se recomienda escuchar Screaming for vengeance de Judas Priest o Neon Knights de Black Sabbath)
Luces. Velocidad. Alucinando en una lejana galaxia, busco empotrarme detrás de un camión estacionado en la carretera, acelero a morir, siento el aire que se clava en mi pecho, atraviesa mi piel y lacera mis entrañas; mi puño acelera aún más, me abro paso en la carretera...
Soy un cometa con ruedas. Nadie me detiene. Nada me para. Acelero y las llantas arden de pasión al rozar el pavimento de la autopista. La luz de mi faro corta la noche como una gillette cortaría una seda. Los postes se quedan parados como postes a mi paso. Sus focos me miran apenas y para mí son como luciérnagas que quedarán siempre atrás. Sigo acelerando y la música en mis oídos sigue tronando, los audífonos me taladran el tímpano derecho mientras que el izquierdo se retuerce al compás del "heavy metal".
Soy un cometa con ruedas. Nadie me detiene. Nada me para. Acelero y las llantas arden de pasión al rozar el pavimento de la autopista. La luz de mi faro corta la noche como una gillette cortaría una seda. Los postes se quedan parados como postes a mi paso. Sus focos me miran apenas y para mí son como luciérnagas que quedarán siempre atrás. Sigo acelerando y la música en mis oídos sigue tronando, los audífonos me taladran el tímpano derecho mientras que el izquierdo se retuerce al compás del "heavy metal".
La carretera queda adelante. Atrás es polvo y fuego...
Copulo con la noche delante mío. La violo. La oscuridad en torno mío gime y mi moto penetra con velocidad desgarrante.
Mi luz orgasmea y rompe el himen de la distancia y gozo como un demonio y sigo acelerando hasta lograr el éxtasis de alcanzar el hiperespacio.
Mis ojos vuelan. Se salen de sus cuencas estallan. Y la sangre me empapa la cara, el cuello y el pecho. El casco cruje como mi cráneo que revienta y mi cuerpo sale proyectado por encima del timón de mi moto que sólo es ahora un fierro retorcido como una plastilina.
Siento como todo mi cuerpo se pega y revienta, desarma y desparrama debajo de un camión de 18 ruedas que estaba parqueado en la carretera y que sólo ví antes que los periódicos que tenía encima me cubrieran totalmente.
Los clasificados vendían una Kawasaki Ninja muy barato...venía con un casco roto. Hay gente estúpida, ¿para qué diablos uno va a comprar un casco roto? al menos que tenga unos sesos frescos y que sean los que los forenses buscan en la carretera...
Creo que eran los míos...
Los clasificados vendían una Kawasaki Ninja muy barato...venía con un casco roto. Hay gente estúpida, ¿para qué diablos uno va a comprar un casco roto? al menos que tenga unos sesos frescos y que sean los que los forenses buscan en la carretera...
Creo que eran los míos...
Lima, 1984
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