jueves, diciembre 11, 2008

Tengo una pistola en la mano y en la otra mi pasaporte a Sin City



Esta noche se armó la de San Quintín. Un verdadero huracán viene hacia mí. Dejé abierto el estudio y entró la pequeña Lisa en mi computadora y leyó la bitácora de El Viejo y el Blog.

Yo justo regresaba de fumarme un "batecito" en la terraza y estaba con toda la "turrona" encima. "O sea que para tí somos sólo seres de ficción? Personajes de tus novelas y cuentos de pacotilla?? Quién es esta familia que describes con tanto amor? Esto niños hiperactivos , índigo, o como se llamen? Dime papa, me dijo al borde del llanto, tú no eres el autor de El Viejo y el Blog, no es cierto?. De mí sólo has escrito que salgo al teatro con mi abuela y nos llevamos bien con mamá. Pero, de estos niños hablas como si los conocieras"...

"Qué haces en mi estudio Lisa?", le respondí aturdido. Vi en su mano mi pipa de metal azul y un frasco de colirio. "Existes mientras pueda fumar", le respondí agresivo, "y ahora pretendes fumarte mi hierba también?".

Lisa entró detrás mío y cubrió a nuestra hija con su cuerpo percatándose de la situación. Se asombró de verle la pipa y el colirio apretados en su puño. "Regresa a tu cuarto hija, yo hablaré con tu padre". Salió corriendo fulminándome con la mirada y creo que es la última vez que la veré.

"Me prometiste que no te vería fumar y que no leería ese blog apócrifo", me espetó esforzándose por no gritar. Yo me sentía locazo, agredido, sin respuesta ni explicación, esa hierba me había alterado todito y le grité a todo pulmón:"Regresa a tu Oscuridad, dejame sólo". "Animal!!", me regresó el grito en venganza.

Lisa aún estaba detrás de la puerta y esperó a su madre para bajar juntas las escaleras llorando. Luego escuché el auto encenderse y alejarse en el silencio más encubridor. Tuve que meterme unos tres "tiros" que tenía "caleta" para pensar mejor. La casa estaba vacía ahora. La madre de Lisa había llamado de Buenos Aires para darnos la sorpresa. Había decidido quedarse ahí. Alquilaría un departamento en Palermo con una amiga y pondrían una nueva agencia de publicidad. Me quedé solo rascándome el sobaco, y con el codo sobre el escritorio.

Sonó el celular de pronto pero no quize atenderlo. Seguro sería el editor para conversar los términos del contrato de publicar este blog y presentarlo como libro en una fiesta en la casa de J.D. en California!. El celular siguió sonando. Vi la pantalla y era él. Once de la noche! Contesté. "Me ha llamado tu esposa, imbécil", sonó una voz nerviosa en el otro lado de la línea. "Eres el peor de los comics que Dios haya podido imaginar", me estampó en el tímpano otra carajeada. "Olvídate de publicar, olvídate de tu fama y fortuna, olvídate de todo loseeeer", me gritó imitando a Jim Carrey utilizando una perfecta ironía.

Tengo una pistola en la mano y en la otra mi pasaporte a Sin City. Son tres de la madrugada y aún no me decido donde partir...

(Somewhere in Time)